Una ciborg

Krüger es de Berlín, se considera a sí misma «transespecie» y ha incorporado una videocámara de vigilancia en su cabeza.
¿ Qué le pasa a los artistas, que todos quieren ser «transespecie»?
La verdad, nunca me he planteado esa pregunta ya que, desde muy pequeña tenía una cámara en la mano. Lo siguiente de mi evolución era convertirme en una cámara ambulante.
¿ No crees que esta moda se pasará?
No lo creo, date cuenta que mi cámara es de vídeo vigilancia, ese es nuestro futuro. Yo soy policía, espía, ya no habrá libertad de movimientos, grabaré todo, ¡¡tú sabes lo importante que voy a ser!!!
La verdad que no me lo imagino
-Risas-
A ver si te lo explico: esto es el futuro, avanzamos a una sociedad hipervigilada, controlada por nano-tecnología, por eso me quise poner esta cámara tan visible, para que vieras lo claro que te voy a vigilar en todo momento. El concepto de hipervigilancia es como un hipermercado, abarcas todos los productos.
-Risas-
¿Cuánto te constó el implante?
No sé, pregúntale a Salvador e Irene, ellos fueron los que me contactaron.
¿Nos puedes decir quiénes son?
Hasta aquí puedo leer.
Texto: N.P
Fotografía: N.P
Entrevista publicada en la revista, La Ola. 3º Edición.
“Una ciborg: la decadencia de la especie humana”. [Fotografía – Texto] 2020
Los poderes fácticos siempre han elaborado estrategias para dominar a las masas, una de sus tácticas es crear necesidades a la población como por ejemplo el tatuaje, con ello han hecho creer que es un elemento de rebeldía y de libertad y simplemente es un acto de sumisión , siendo dirigidos para un sometimiento más complejo como son los implantes de microchips, obteniendo así , el control total sobre la población.
Emplean artistas como avanzadilla, en este caso a los llamados ciborgs; personajes que se injertan algún sensor y alegan ser dueños de sus cuerpos y sensibles a otras realidades.
Hagámonos esta pregunta: ¿Quién financia a éstos artistas desconocidos?
Pieza artística a modo de entrevista a una ciborg que se ha implantado una cámara de vídeo vigilancia.
Como es habitual en Natalia Puyol, inyecta humor a sus obras, un periodista entrevista a una ciborg y no obtiene respuestas interesantes, porque no hay justificación ante estas atrocidades que generan monstruos.
La fotografía tomada en un ambiente clásico y no futurista, como nos tienen acostumbrados estos artistas ciborgs, porque el tema es tan antiguo como la humanidad; el querer controlar a las masas.